Te levantaste y te fuiste a tu trabajo, universidad o escuela sin desayunar porque no había dinero, tal vez hoy recordaste algunas deudas que tienes, necesitabas hacer algunas cosas importantes y cayó un fuerte aguacero, llegaste tarde a tu lugar de trabajo y un sin fin de cosas que te hace pensar que es el peor de los días de tu vida.
Hoy puedes sentir tristeza en tu corazón, preocupación, decepción u otras cosas que te agobian y te turban, así no parezca hoy es un día de victoria.
Detente por un instante y mira todas estas situaciones desde otra perspectiva, recuerda que todo ocurre para bien. No es un día malo solo es un día de enseñanza, un día donde aprenderás paciencia, ver las cosas de otro modo, aprenderás a valorar más las cosas, a amar más, recordarás que es un buen momento para acercarte a tu Creador, y no olvidarte que Él está allá arriba y tú acá abajo.
Hoy es un día que te prepara para los mejores momentos que están por venir, en el que crecerás y habrás aprendido que hoy NO es un día malo, que no es un día más ni mucho menos un día cualquiera, simplemente un día que Dios te permitió vivir para transportarte a días de victoria, de abundancia, gozo y paz. ¡Dios te continúe bendiciendo!
