Terminó un año más en el cual viví muchas cosas, así como buenas y otras no muy agradables, algunos retos superados, metas logradas y otras que aún no de lo cual no me lamento sino que siguen vigentes por superar y lograr.
Bendigo y doy gracias a mi Dios por el nuevo año, se que me seguirá ayudando, fortaleciendo y llevándome de la mano para seguir extendiéndome hacia lo que está delante.
Las cosas pasadas quedaron atrás, el apóstol Pablo nos invita en el pasaje antes mencionado que olvidemos lo que queda atrás y que nos extendamos a lo que está delante.
No te quedes atrás porque es tiempo de seguir adelante en la comunión con Dios, en la unión familiar, en la unión con los hermanos en la fe, en los estudios, en la vida de oración, en la lectura de la Palabra.
No es tiempo de culpar a nadie, no es tiempo de volver atrás, no es tiempo de postergar, es tiempo de ir hacia adelante.
No te conformes en la posición donde te encuentras en este momento, fuiste creado para grandes cosas, nada se ha terminado, aún no has llegado, Dios no ha terminado contigo.
¿hay dificultades? ¡si!, ¿hay oposiciones? ¡si! pero quiero recordarte que tenemos un Dios que está con nosotros y que en él todo lo podemos.
Hoy levanta tu mirada y mira hacia adelante, hay un camino que recorrer, Dios guía tus pasos no te detengas porque es tiempo de seguir hacia adelante.
¡Dios te continúe bendiciendo!
