1 Samuel 17: 8-10 "Goliat se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: - ¿para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo y vosotros los siervos de Saúl? escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él puede pelear conmigo y me vence, nosotros seremos vuestros siervos ; y si yo puedo más que él y lo venzo, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. hoy yo he desafiado - añadió el filisteo - al campamento de israel; dadme un hombre que pelee conmigo."
Tanto el ejercito filisteo como el israelí se habian puesto en orden de ataque, pero dice este mismo capitulo que de entre las filas de los filisteo salió un hombre de casi tres metros de altura con el más sofisticado equipamiento para la guerra de la época, quizás con una mirada aterrorizante, voz grueza y enormes musculos en todo su cuerpo, da unos tantos pasos y se detiene entre su ejercito y el de Isarael, señala con su enorme dedo y lanza un atemorizante desafío causando al ejercito de Isarael un despiadado miedo que los envolvió y un fuerte y demoledor desánimo que los inmovilizó totalmente.
La palabra desafiar tiene como sinónimo la palabra provocar que a su vez significa: "Incitar o inducir a ejecutar algo" y fue lo que precisamente hizo el filisteo Goliat.
Muchas veces somos intimidados de esta manera por el enemigo y al igual que Saúl y todo su ejercito nos las creemos e inmediatamente nos invade el temor y nos desanimamos a seguir adelante.
Goliat habia venido con todo su furor y todo su orgullo a desfiar el pueblo de Dios y a partir de esto quiero que sepas algo, ¿sabias que los animales salvajes león, tigre, etc sienten más miedo que los animales domésticos?, pues si, ahora ponte a pensar en la reacción de Goliat al desafiar al ejercito de Isarael. ¿Me entendiste?, diariamente tenemos que batallar y las batallas se comienzan a perder desde el momento en que creemos las amenazas del enemigo.
Tu Goliat amenaza pero tú decides si su amenaza se realiza, no dejes que el enemigo te desafíe, no pienses que tu Goliat es tu enemigo cuando verdaderamente tú eres su enemigo.
David sabia que no era su guerra y que no era a él a quien Goliat habia desafiado sino al Todopoderoso, a aquél que va delante de nosotros como poderoso gigante, y que tenia las armas suficientes para vencer a Goliat, por eso él venció.
Mi amado(a) Jesús venció por lo tanto puedes vencer y tienes la más poderosas armas para destruír toda fuerza opositora: LA PALABRA DE DIOS, LA ORACIÓN Y EL PRECIOSO ESPIRITU SANTO.
Adelante eres un(a) vencedor(a), Dios te continue bendiciendo!!.
