9 de marzo de 2009

Celos

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Dedico este espacio al ministerio "Especialidades Juveniles" que ha sido de gran bendición par mi vida y mucha edificación a través de la Internet,
adoro la juventud y pido a Dios me use grandemente como lo ha hecho con muchos que han sido ejemplo de alguna manera para mi vida.

En estos días he estuve leyendo un artículo de la revista especializada "Líder juvenil" http://www.liderjuvenil.com/ un artículo de muestra que me intersó mucho que habla acerca de los celos en el ministerio, escrito por uno de los columnistas invitados, el pastor Dante Gebel y que hoy quiero compartir contigo, que no solo te edificará en la parte ministerial sino en tu vida diaria.

Antes muestro la definición de celos escrito en la revista, que dice: "De alguna manera podríamos definirlos como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por nacer en el miedo ante la posibilidad de perder lo que la persona cree que debe ser suyo"

Aqui la columna escrita por el Pr. dante Gebel en la revista "Líder juvenil", espero sea de bendición como lo fue para mi vida:

TRES CONSEJOS ACERCA DE LOS CELOS

Durante algunos años, tuve la fortuna de que me invitaran para predicar en algunas reuniones dominicales del servicio hispano de La Catedral de Los Angeles. Allí conocí al Pastor Juan Carlos Ortiz. Acaso el mejor predicador que dio América Latina en muchos años. Su sabiduría está intacta, su don de gentes sigue siendo su principal adjetivo. Sus mensajes son tan demoledores y profundos como lo eran en los tumultuosos años
setenta, cuyos casetes eran buscados como el oro y copiados a granel bajo cuerda, a pesar de que estaban proscriptos por la iglesia tradicional de aquel entonces.

Pero no fueron sus mensajes los que lograron subyugarme, sino esas charlas íntimas que logramos tener en mis visitas a su imponente iglesia, a finales de los noventa. No fueron muchas, tres para ser exactos. Una en su oficina, otra en una cena en una marisquería y la más reciente en un asado que el mismo Juan Carlos me preparó en su casa de retiro en las montañas de California. Todo un honor.

El primer consejo me lo dijo en medio de un diálogo donde por aquel entonces yo le planteaba que estaba inmerso en un mar de críticas. De esas despiadadas, que solemos emitir los cristianos en contra de otros pares, sin medir las consecuencias y lo que es peor, sin importarnos la motivación ajena. Recuerdo que
a pesar que realizábamos cruzadas multitudinarias, no lograba sentirme querido por mis consiervos.

PRIMER CONSEJO
-¿Te están dejando fuera del círculo? – me preguntó mirándome a los ojos. - Algo así. No me lo han dicho, pero puedo sentirlo. - Entonces voy a decirte lo mismo que el Señor me dijo a mí cuando también me sentí fuera: ¡Haz un círculo más grande y mételos adentro! Tan sencillo y rotundo como eso. Si quieren dejarme fuera, de todos modos decido amarlos e incluirlos en mi vida. Aunque algunos no lo merezcan o no les interese. Mi estilo de vida es agrandar el círculo. Independientemente de los celos que otros tengan acerca de mí.

SEGUNDO CONSEJO
Fue cuando le pregunté si al sentirse rechazado (como todo pionero, Juan Carlos fue duramente atacado por la Iglesia tradicional, hace muchos años), si acaso no sentía ganas de reclamarle al Señor el tener que pagar un precio tan alto por haberse jugado por una visión. -Una vez fui al Señor con esa misma queja – me confesóle
mencioné que algunos hermanos no me amaban, me celaban y me rechazaban. Fue allí cuando Él me dijo:
“Tranquilo, Juan Carlos, yo di mi vida en la cruz para que me amaran a mí, y no a ti”. ¿Entiendes mi querido? ¡Él nunca prometió que te amarían a ti! Cuando realmente estés consciente de eso, lograrás sacarte un gran peso de encima. No tendrás una fuga de energía pensando en todos aquellos que no te aman, porque tu meta no será que te acepten a ti, sino al Señor.

TERCER CONSEJO
No sonaba como tal, más bien era una pregunta que recurrentemente Juan Carlos me hacía cada vez que
visitaba la Catedral. - ¿Ya hiciste la lista de personas con las que estás dispuesto a fracasar? - Esa era una pregunta movilizadora, inquietante. A nadie le gusta fracasar, mucho menos a un líder. Esa no es la pregunta que alguien quisiera oír. Queremos saber cómo tener éxito, pero no nos importa saber con quiénes nos va a ir mal. - ¿Por qué debería fracasar? – pregunté incrédulo. - Porque si no decides con quiénes te va a ir mal, lo más probable es que seas un híbrido que le termine agradando a todo el mundo y nunca lograrás dejar una huella en la historia. Yo decidí que quiero fracasar con los religiosos, estoy consciente de eso, hasta tengo una lista de quienes son y eso hace que no me lastime. Por el contrario, me hace bien para mi salud emocional y espiritual. No fracaso con ellos porque hice algo mal, o ni siquiera porque ellos lo han determinado. Es mi propia decisión. Contundente. Frontal. Fue allí cuando me di cuenta que finalmente ese día llegaría para mi ministerio. El momento de inflexión en que debería elegir entre conformar a todos y salir a explicar cada visión que Dios me daba, o hacer lo encomendado, sabiendo en quiénes y en qué estoy enfocado.
-De todos modos, aquellos con quienes tú decidas fracasar, siempre serán parte de tu familia, al fin y al cabo,
les guste o no les guste, te tendrán que aguantar. Es como cuando uno no quiere a un cuñado, o un primo, pero en los cumpleaños o en las navidades él siempre estará allí, sentado a la mesa. Es familia, y eres parte de ella, aunque les desagrades a algunos. Tu preocupación debiera ser que a causa tuya, no se pierda alguno de los de afuera, no te preocupes por los de adentro, ellos ya están salvos. Enfócate en la gente correcta, en los que estén alineados en tu visión.

Pido a Dios que me guarde de este sentimiento y si desafortunadamente algún día pudiera pasarme sea El Señor ayudándome a ser libre , igual pido a Dios por tu vida, si estas en esto sea Él ayudandote y puedas reconocer que hay celos en tí y puedas cambiar. Dios te continue bendiciendo!

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