Mateo 6: 26 "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"
Una tarde mi hermana menor habia comprado 2 libras de arróz, la bolsa en que venia empacado tenia un pequeño agujero y mi hermana no se daba cuenta que se estaba saliendo el arróz y unos cuantos cayeron en la terraza de mi casa. A las horas siguientes una paloma se posó en la terraza, luego llegó otra y más tarde otra, en total habian seis palomas que se alimentaban de aquel arroz, que lindas se veian todas. Al ver tan maravillosa escena tomé en mi mano un puñado de arróz y se lo di al resto de palomas para que también se pudieran alimentar.
Al día siguiente y a la misma hora las palomas volvieron, pero esta vez no encontraron alimento y me detuve a observarlas para ver que hacian en esa situación. Empezaron a recorrer toda la terraza y luego de no encontrar nada se quedaron quietas y comenzaron a limpiar sus alas, parecia no preocuparles el no haber encontrado alimento, se veian contentas, tranquilas y confiadas.
Por esos días en mi hogar estabamos pasando momentos difíciles y al ver las palomas Dios me hizo recordar Mateo 6:26 fue un momento maravilloso donde Dios me recordaba que él es nuestro proveedor y ayudador.
Estando solo en la sala de mi casa observando las palomas una lagrima salía de mis ojos, luego tomé un dinero fui a la tienda, compré una libra de arróz y di de alimento a aquellas palomas.
Y pude entender porque la quietud, tranquilidad y confianza en aquellas aves. Eso es lo que Dios quiere de nosotros, que no se turbe nuestro corazón y que confiemos completamente en él.
Dios te continue bendiciendo.
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Una tarde mi hermana menor habia comprado 2 libras de arróz, la bolsa en que venia empacado tenia un pequeño agujero y mi hermana no se daba cuenta que se estaba saliendo el arróz y unos cuantos cayeron en la terraza de mi casa. A las horas siguientes una paloma se posó en la terraza, luego llegó otra y más tarde otra, en total habian seis palomas que se alimentaban de aquel arroz, que lindas se veian todas. Al ver tan maravillosa escena tomé en mi mano un puñado de arróz y se lo di al resto de palomas para que también se pudieran alimentar.
Al día siguiente y a la misma hora las palomas volvieron, pero esta vez no encontraron alimento y me detuve a observarlas para ver que hacian en esa situación. Empezaron a recorrer toda la terraza y luego de no encontrar nada se quedaron quietas y comenzaron a limpiar sus alas, parecia no preocuparles el no haber encontrado alimento, se veian contentas, tranquilas y confiadas.
Por esos días en mi hogar estabamos pasando momentos difíciles y al ver las palomas Dios me hizo recordar Mateo 6:26 fue un momento maravilloso donde Dios me recordaba que él es nuestro proveedor y ayudador.
Estando solo en la sala de mi casa observando las palomas una lagrima salía de mis ojos, luego tomé un dinero fui a la tienda, compré una libra de arróz y di de alimento a aquellas palomas.
Y pude entender porque la quietud, tranquilidad y confianza en aquellas aves. Eso es lo que Dios quiere de nosotros, que no se turbe nuestro corazón y que confiemos completamente en él.
Dios te continue bendiciendo.